Simplemente

Este adios, no maquilla un hasta luego. Este nunca, no esconde un ojalá. Estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás. Este notario, firma lo que escribo, esta letra no la protestaré. Ahorrate el acuse de recibo estas vísperas son las de después. A este ruido tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir. Este pez, ya no muere por tu boca, este loco, se va con otra loca, estos ojos, no lloran mas POR TÍ.

domingo, 10 de abril de 2011

Desde el día en que no estás, vi la noche llegar mucho antes de las seis.
Si es cuestión de confesar no sé preparar café y no entiendo de fútbol. Creo que alguna vez fuí infiel, juego mal hasta el parqués y jamás uso reloj; y para ser más franca nadie piensa en ti como lo hago yo aunque te dé lo mismo. Si es cuestión de confesar nunca duermo antes de diez ni me baño los domingos. La verdad es que también lloro una vez al mes, sobre todo cuando hay frío... conmigo nada es fácil, ya debes saber; me conoces bien, y sin ti todo es tan aburrido... El cielo está cansado ya de ver la lluvia caer y cada día que pasa es uno más parecido a ayer, no encuentro forma a alguna de olvidarte porque seguir amándote es inevitable.

lunes, 4 de abril de 2011

¿A dónde estás? No te puedo hablar, mi compañera dueña de mi voluntad, mi mal de ojo, mi mentira, mi verdad, mi centro forward. Mirá que ando regulando medio mal y en Caballito no se gana nada más y mis amigos se perdieron en el bar, y en mi memoria. Princesita paraguaya, yo no quiero que te vayas lejos de mí, caminatas orientales, mis tormentas cerebrales, más quiero escuchar de tu inocencia que estoy buscando al fondo de mí. Mirá qué mal que no nos quedó tiempo para amar, mi despertar fué como despedirte a tiempo, a algún lugar de mi locura te quiero llevar, estoy hablando bastante preciosa. Se puso mal y nos fuimos corriendo del bar, volvió a gritar, me dijo que era un delincuente, quiso llorar, después que me invitó a fumar, quise probar sus cumbias mortales. Si la buscás no te preocupás, si es infinita esta tristeza o es banal, si es inventada esta locura o es mortal o es mi cabeza. Yo siempre busco la manera de volar, yo siempre sueño con la idea de escapar y estoy tratando de mí tanto no hablar y es imposible. Fuimos a comprar la muerte, para vivir más ausentes, no aprendimos a respirar, pero un día aprendiste y ahí nomás te despediste. Ahora, sólo a lidiar con esta tristeza, me está partiendo al medio, princesa. Mirá qué mal, qué triste desenlace mortal, qué perdurar, qué rica pastillita fuerte, qué voluntad, lo poco de tu humanidad, estás salvándome todos los días. Qué rebelión lo que hace chico a este corazón, qué maldición, me estoy quedando un poco solo, igual dejá, voy persiguiendo mi verdad, es el principio de todo, princesa.