La primera vez que te vi no tenía ni idea de que provacarías tal incendio en mi vida; desatado, descontrolado, furioso, que recorrería mi espina dorsal cada minuto que pasáramos juntos. Puede que fuera el mar de tus ojos, o yo que sé... pero me has hecho perder la cabeza.
Simplemente
Este adios, no maquilla un hasta luego. Este nunca, no esconde un ojalá. Estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás. Este notario, firma lo que escribo, esta letra no la protestaré. Ahorrate el acuse de recibo estas vísperas son las de después. A este ruido tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir. Este pez, ya no muere por tu boca, este loco, se va con otra loca, estos ojos, no lloran mas POR TÍ.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario