Simplemente

Este adios, no maquilla un hasta luego. Este nunca, no esconde un ojalá. Estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás. Este notario, firma lo que escribo, esta letra no la protestaré. Ahorrate el acuse de recibo estas vísperas son las de después. A este ruido tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir. Este pez, ya no muere por tu boca, este loco, se va con otra loca, estos ojos, no lloran mas POR TÍ.

domingo, 18 de julio de 2010

No sé si lo recuerdo o me lo contaron pero cuando era chiquita mi mamá me decía "dame la mano para cruzar la calle", y yo le decía "no, no te la doy, te la presto", porque dar la mano me sonaba a darla, sacármela y darla ¿pero dar una mano no es un poco eso? Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran o prestar una remera que no usas, es dar una parte tuya, es darte vos. Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer. Cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro, las dos manos son una. Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros. Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra. Nunca voy a soltarte la mano, pase lo que pase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario