Simplemente

Este adios, no maquilla un hasta luego. Este nunca, no esconde un ojalá. Estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás. Este notario, firma lo que escribo, esta letra no la protestaré. Ahorrate el acuse de recibo estas vísperas son las de después. A este ruido tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir. Este pez, ya no muere por tu boca, este loco, se va con otra loca, estos ojos, no lloran mas POR TÍ.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Soñando lo imposible

Si pensamos diferente nos odian y nos miran de reojos, si somos aliados al mandato de turno nos traicionan y perdemos la confianza. Si sos un inculto que subsiste poniéndole el pecho a la vida bancándose todos los infiernos, ellos elijen el camino del pan y la coca. Si tenes domicilio en el interior van a ir por tus tierras. Si sos mayor de edad empiezan a atarte, seducirte con la palabra y convencerte de sus propios placeres por el poder. Si ya echaste tierra, no tenes nada que perder y sos jubilado, tratan de conformarte pero sabes que no alcanza para hacer una vida normal. Aunque nos vengan degollando, mirando como de a poco nos vamos muriendo sentimentalmente, sintiendo cada segundo más tristeza de la que ellos proponen día a día, a pesar de eso todavía hay personas que sueñan con que la solución se haga presente. Sueñan con un país serio, maduro, con definiciones claras, realidades perfectas, miradas de satisfacción. Y no con todo lo que tienen que ver, sentir, escuchar, leer, es que al fin y al cabo es la realidad. Alguien tiene que hacerse cargo del desorden, de acomodar las cosas y ponerlas en el lugar del que nunca se tuvieron que haber ido. Sinceramente admiro a esa gente, a esas personas que mantienen ese anhelo por ver su pueblo crecer, por ver que sus hijos tengan un futuro seguro, sin tener que sufrir muertes, caminar con tranquilidad por nuestra capital. Porque ya no nos queda ni la paz de transitar una calle sin tener que estar a la espera de que te tomen de un brazo y te metan en un auto o de estar constantemente mirando hacia los costados por miedo que la cartera o la billetera pasen a poder de una persona que realmente no se la merece. Tristemente es la realidad, pero la realidad de hace varios años, la realidad que no queremos ver más. Ha llegado un momento en mi vida que debo empezar a tomar decisiones y hacerme cargo de las cosas, tanto pertenezcan a mi o solo sea parte de ella. No estoy diciendo que el presente en el que vivimos no me importa, no quiero que cambie, nada de eso, pero tengo planes que seguramente me deparen en un lugar deseado o al menos en un lugar que pueda vivir tranquilo, ya sin el apoyo de mis padres, los enojos de la mujer, de la violencia en el boliche, de los robos y las muertes a metros de mi casa actualmente. Entonces mi cabeza se aísla de todo lo que pueda llegar a ocurrir en un ambiente tenso y frio, se dispersa de la triste realidad y busca el paraíso con el cual soñó. Porque yo lucho por mis sueños, pero no me pidan que intente soñar con algo imposible.

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