Que garrón nos comemos cuando aquella persona de la cual gustamos pasa delante de nuestro y somos invisibles, o sino somos invisibles al menos no despertamos los suspiros que él o ella despierta en nosotros. Se me viene a la mente un montón de novelas de amor, en general cuando se habla de amor no correspondido siempre es el chico y la chica que luchan por su amor y hay algún tercero en discordia, este vendría a representar el amor no correspondido, en general se lo personifica como una persona loca o una mala persona, que no les permite consumar su amor.Sin embargo, en la vida real no creo que suceda lo que en los culebrones. El amor no correspondido nos causa nervios, incertidumbre, pesandumbrez por ese feedback, por ese retorno que no está. Un alegoría de un amor no correspondido sería como tratar de jugar al ping-pong solos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario