Te quiero a tal punto que creo que a veces pierdo los estrivos de la situación y me resigno, ante esta realidad que nos separa y distancia. Cruel, cruel es el tiempo que pasa y no me deja contarte lo mucho que me cuesta...que me cuesta vivir sin vos, respirar el aire en que no estás, sobrevivir sin tus manos aferrandose a mi cuerpo para no dejarlo caer. Muchas veces, siento que te pierdo y no te encuentro. Y desespero amor, no te imaginas como lo hago. Te busco en los rincones de la casa que nunca conociste, en mis viejos escritos, en aquellas palabras que parecen decir mucho sin decir absolutamente nada. No deja de llover aquí, hace frío y siento mi cuerpo dejar de sentir. Cada parte de mí grita tu nombre bajo esta necesidad compulsiva, obsesiva, dañina y dependiente. Mis huesos quieren separarse y disolverse al lado de tu cuerpo. Te buscan, deseosos de compañía, de exclusivamente la tuya. Soy tuya, tus cosas huelen a mi. Se que me necesitas tanto como yo a ti y que el olor a miel de mi perfume te vuelve loco hasta cuando no le sientes cerca, acosándote, recordándote que en mi, estas vos. Buscas en otros labios lo que solo yo podía darte, te desvanas los sesos pensando como conseguir algo similar a mi aliento, a mi cuello, a mi cuerpo. Realmente extraño tu respirasión agitandome el corazón, y dandome esa vida que ni otras personas ni cosas me han dado. Te quiero como quiero aprender a vivir, como quiero a la vida hasta incluso sin saber lo que es vivirla. Quiero que me enseñes un poco de la vida y yo, enseñarte un poco del afecto. Complementemosnos que yo de vos nunca voy a cansarme y bien sabes que, vos tampoco de mí. No hay forma de disimularlo, tu alma es la media naranja de la mía.